La expresión (del latín: expressĭo), etimológicamente, se refiere
a un movimiento del interior hacia el exterior, es decir, una presión hacia
afuera. En base a esta definición etimológica, propongo que la expresión es la
resultante de un proceso complejo de transformación de lo psicodinámico y lo
sociodinámico que se materializa en la tercera tópica o subjetividad
configurándose el discurso del sujeto como lenguaje en acción en las prácticas
sociales.
REVISTA MNEMOSINE
domingo, 24 de noviembre de 2013
La fotografía de espíritus suscitó
una controversia que se mantuvo a lo largo de la última mitad del siglo XIX y hasta
bien entrado el siglo XX. No obstante, como ocurre con el caso de la
“fotografía post-mortem” (que hemos tratado en un número anterior de esta
revista), no ha encontrado capítulo en las historias “oficiales” de la
fotografía. En los debates a favor y en contra sobre la veracidad de estas
fotografías se involucraron muchos personajes ilustres de la época, como
veremos a continuación.
En
el Cine, las “otras” cosas, los acontecimientos invisibles, su registro, ha
interesado profundamente a los cineastas. Todos esos casos resultaron
inmediatamente relacionados estrechamente
con los argumentos fantásticos y con los efectos terroríficos en la
pantalla. Es por
eso que resulta muy importante estudiar los sentidos y los estilos de la
narración en todas esas películas.
Los retablos son una parte importante de la Historia del Arte y, por tanto,
han ido evolucionando con ella no sólo estéticamente sino también
morfológicamente. En el artículo se puede ver algunos ejemplo de esas “imágenes del otro lado del retablo”.
Presentación de Pablo C. Díaz
Catedrático de Historia Antigua. Universidad de Salamanca
Catedrático de Historia Antigua. Universidad de Salamanca
«por otra parte, explica el teólogo que más allá del mundo no hay nada más que un espacio imaginario. Este espacio imaginario carece de las propiedades de la extensión: no es largo, ni ancho, ni profundo. No siendo este espacio, por tanto, absolutamente nada, o mejor dicho, siendo la nada pura, es evidente que no se puede poner algo en nada, y por consiguiente, no hay mundos posibles en el espacio imaginario»
[Camille Flammarion, Los mundos reales y los mundos imaginarios]
[Camille Flammarion, Los mundos reales y los mundos imaginarios]
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