La expresión (del latín: expressĭo), etimológicamente, se refiere
a un movimiento del interior hacia el exterior, es decir, una presión hacia
afuera. En base a esta definición etimológica, propongo que la expresión es la
resultante de un proceso complejo de transformación de lo psicodinámico y lo
sociodinámico que se materializa en la tercera tópica o subjetividad
configurándose el discurso del sujeto como lenguaje en acción en las prácticas
sociales.
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